domingo, 24 de febrero de 2019

PROCESO DE ALIMENTACIÓN

Proceso de alimentación
Las funciones de nutrición sirven para incorporar a nuestro cuerpo sustancias llamadas alimentos, de las que sacamos la energía necesaria para nuestra actividad diaria y los materiales adecuados para crecer y mantener nuestro cuerpo.
Las de relación nos permiten ponernos en comunicación con los objetos que nos rodean, apreciar sus formas y características; en cuanto a las de reproducción, lógicamente, están destinadas a la perpetuación de la especie.
A su vez, las principales funciones de la nutrición son: la digestión, la absorción, la circulación, la respiración y el metabolismo. También se considera como función de nutrición la realizada por las secreciones de las glándulas.
Mediante la digestión, una vez que buena parte de los alimentos que ingerimos han sido debidamente transformados por los juegos digestivos se convierten en sustancias fácilmente asimilables para nuestros tejidos.
§ La digestión se verifica a lo largo del tubo digestivo. Hay alimentos que contienen la totalidad de substancias que son necesarias para nuestra alimentación, a los que llamamos completos, como la leche y los huevos. Otros contienen sólo determinadas sustancias que, aunque son muy nutritivos, son incompletos. Tales son el pan, la carne, las legumbres, etcétera.
Los actos principales de la digestión son: la masticación, la digestión estomacal y la digestión intestinal.
Los alimentos, en la masticación, son triturados y reducidos a una fina pasta por la acción de nuestros dientes. Además, en la boca, de esta acción mecánica, los alimentos se impregnan de saliva; la cual transforma las féculas en glucosa.
Una vez deglutidos, los alimentos mascados pasan por el esófago y llegan al estómago. Allí son macerados y atacados por los movimientos estomacales y por el jugo gástrico, que segrega el estómago. Una vez que los alimentos han sido digeridos en el estómago quedan reducidos a una masa pastosa que se llama quimo. En tal estado, pasan al intestino delgado.
Al llegar al intestino delgado se vierte sobre el quimo el jugo pancreático, cierta cantidad de bilis y el jugo intestinal, cuyos líquidos, al actuar sobre el qui-mo, lo acaban de digerir, convirtiéndolo en quilo, buena parte del cual es absorbido y el resto es expedido al exterior a través del ano, por el acto de la defecación.
§ La absorción tiene por objeto incorporar a la sangre las substancias asimilables que contenían los alimentos, y que los jugos estomacales e intestinales han hecho absorbibles. Se realiza principalmente por los vasos quilíferos de los intestinos; pero, también, hay que mencionar la absorción cutánea, es decir, por la piel, cuyos poros, se encargan de la absorción de los líquidos o gases en contacto con ella. En el hombre la absorción cutánea es despreciable, sólo tiene interés en cuanto a la aplicación de medicamentos como las pomadas sobre la piel.
También, existe la absorción pulmonar, dado que los pulmones realizan una muy importante absorción, al incorporar a la sangre oxígeno del aire, al tiempo que también cumple la función de eliminar de la misma el anhídrido carbónico.
La sangre es un líquido viscoso y rojo, que está constituido por dos partes: una líquida o plasma y otra sólida formada por células. Éstas son de tres clases: los glóbulos rojos o hematíes, los glóbulos blancos o leucocitos y las plaquetas.
Los glóbulos rojos transportan el oxígeno hasta las células y recogen de ellas el anhídrido carbónico. Los glóbulos blancos luchan contra los microbios que penetran en nuestro cuerpo.
El corazón es un músculo de paredes muy resistentes que, interiormente, está dividido por un tabique vertical y otro horizontal, en cuatro compartimentos; los dos superiores se denominan aurículas y los dos inferiores se llaman ventrículos.
El corazón es el órgano impulsor de la circulación de la sangre, que discurre por el cuerpo humano por tubos huecos que se llaman arterias, venas y vasos capilares y la impulsa o envía hasta las más distantes células de nuestros tejidos. Este movimiento de la sangre a través de nuestro cuerpo, se llama circulación.
La sangre que en los pulmones se ha apropiado del oxígeno del aire se llama arterial y cuando ha cedido el oxígeno a los tejidos y se ha apropiado del anhídrido carbónico por la actividad de las células se llama sangre venosa. La sangre venosa o mala que llega a los pulmones se apodera del oxígeno y vuelve a convertirse en sangre buena o arterial; esto es lo que se llamamos hematosis. En el proceso de la respiración, el hacer entrar aire a nuestros pulmones es aspiración y su salida es la expiración. En el primer caso, el hombre sano inspira hasta medio litro, pero en las inspiraciones profundas logra hasta dos o tres litros. El ritmo de respiración es de unas 18 veces por minuto
Durante estos procesos, se producen reacciones químicas por las que los alimentos ya digeridos y absorbidos se transforman en energía para ejecutar todos los movimientos que hacemos y, también, en sustancias plásticas para formar nuevas células y en sustancias de reserva. A este conjunto de reacciones químicas es lo que llamamos metabolismo. Asimismo, las sustancias ya utilizadas, transformadas en materiales inútiles y a veces tóxicos, son modificadas y excretadas rápidamente. Todas estas reacciones químicas se producen con una rapidez extraordinaria; la mayoría de ellas tienen lugar en el hígado, que es el órgano principal del metabolismo.
Es sabido que toda reacción química, desprende calor, lo que, lógicamente, ocurre con el metabolismo; de ahí que superficie externa de nuestro cuerpo está normalmente a una temperatura que oscila entre los 36° y 37°. En el interior del cuerpo la temperatura es algo más elevada. (Mora, 2008)



Véase también en:
http://j.orellana.free.fr/textos/alimentacion.htm

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