Propiedades
termométricas
Una propiedad termométrica de una
sustancia es aquella que varía en el mismo sentido que la temperatura, es
decir, si la temperatura aumenta su valor, la propiedad también lo hará, y
viceversa.
Sistema
aislado térmicamente
Una propiedad importantes de un
S.A.T. es que, dentro de él, la temperatura siempre se mantiene constante
después de transcurrido un tiempo suficientemente largo. Si dentro del S.A.T.
hay más de una temperatura, al cabo de dicho tiempo, el S.A.T. tendrá sólo una
temperatura llamada temperatura de equilibrio, y se dirá entonces que el
sistema llegó al equilibrio térmico. En general, un sistema está en equilibrio
térmico cuando todos los puntos del sistema se hallan a la misma temperatura, o
dicho de otra forma, cuando las propiedades físicas del sistema que varían con
la temperatura no varían con el tiempo. Porque llega un momento en que la marca
del termómetro ya no sube aunque lo deje en la boca o bajo brazo.
Escalas
termométricas
Ilustración
49-Escala
https://sites.google.com/site/karenquito10/quimica/1-periodo/9-de-abril
|
En todo cuerpo material la
variación de la temperatura va acompañada de la correspondiente variación de
otras propiedades medibles, de modo que a cada valor de aquella le corresponde
un solo valor de ésta. Tal es el caso de la longitud de una varilla metálica,
de la resistencia eléctrica de un metal, de la presión de un gas, del volumen
de un líquido, etc. Estas magnitudes cuya variación está ligada a la de la
temperatura se denominan propiedades termométricas, porque pueden ser empleadas
en la construcción de termómetros.
Para definir una escala de
temperaturas es necesario elegir una propiedad termométrica que reúna las
siguientes condiciones:
La expresión matemática de la
relación entre la propiedad y la temperatura debe ser conocida.
La propiedad termométrica debe ser
lo bastante sensible a las variaciones de temperatura como para poder detectar,
con una precisión aceptable, pequeños cambios térmicos.
El rango de temperatura accesible
debe ser suficientemente grande.
Una vez que la propiedad
termométrica ha sido elegida, la elaboración de una escala termométrica o de
temperaturas lleva consigo, al menos, dos operaciones; por una parte, la
determinación de los puntos fijos o temperaturas de referencia que permanecen
constantes en la naturaleza y, por otra, la división del intervalo de
temperaturas correspondiente a tales puntos fijos en unidades o grados.
Lo que se necesita para construir
un termómetro, son puntos fijos, es decir procesos en los cuales la temperatura
permanece constante. Ejemplos de procesos de este tipo son el proceso de
ebullición y el proceso de fusión.
Existen varias escalas para medir
temperaturas, las más importantes son la escala Celsius, la escala Kelvin y la
escala Fahrenheit.
Escala
Celsius
Esta escala es de
uso popular en los países que adhieren al Sistema Internacional de Unidades,
por lo que es la más utilizada mundialmente. Fija el valor de cero grados para
la fusión del agua y cien para su ebullición. Inicialmente fue propuesta en
Francia por Jean-Pierre Christin en el año 1743 (cambiando la división original
de 80 grados de René Antoine Ferchault de Réaumur) y luego por Carlos Linneo,
en Suiza, en el año 1745 (invirtiendo los puntos fijos asignados por Anders
Celsius). En 1948, la Conferencia General de Pesos y Medidas oficializó el
nombre de "grado Celsius" para referirse a la unidad termométrica que
corresponde a la centésima parte entre estos puntos.1
Para esta escala, estos valores se
escriben como 100 °C y 0 °C y se leen 100 grados Celsius y 0 grados Celsius,
respectivamente.
Escala
Fahrenheit
Su utilización se circunscribe a
los países anglosajones y a Japón, aunque existe una marcada tendencia a la
unificación de sistemas en la escala Celsius.
Escala
Kelvin o absoluta
Si bien en la vida diaria la escala
Celsius y Fahrenheit son las más importantes, en ámbito científico se usa otra,
llamada "absoluta" o Kelvin, en honor a sir Lord Kelvin.
En la escala absoluta, al 0 °C le
hace corresponder 273, 15 K, mientras que los 100 °C se corresponden con 373,
15 K. Se ve inmediatamente que 0 K está a una temperatura que un termómetro
centígrado señalará como -273, 15 °C. Dicha temperatura se denomina "cero
absoluto".
Se puede notar que las escalas
Celsius y Kelvin poseen la misma sensibilidad. Por otra parte, esta última
escala considera como punto de referencia el punto triple del agua que, bajo
cierta presión, equivale a 0. 01 °C.
La escala de temperaturas adoptada
por el Sistema Internacional de Unidades es la llamada escala absoluta o
Kelvin. En ella el tamaño de los grados es el mismo que en la Celsius, pero el
cero de la escala se fija en el - 273, 15 °C. Este punto llamado cero absoluto
de temperaturas es tal que a dicha temperatura desaparece la agitación molecular,
por lo que, según el significado que la teoría cinética atribuye a la magnitud
temperatura, no tiene sentido hablar de valores inferiores a él. El cero
absoluto constituye un límite inferior natural de temperaturas, lo que hace que
en la escala Kelvin no existan temperaturas bajo cero (negativas). La relación
con la escala Celsius viene dada por la ecuación:
Escala
Rankine
Se denomina Rankine (símbolo R) a
la escala de temperatura que se define midiendo en grados Fahrenheit sobre el
cero absoluto, por lo que carece de valores negativos. Esta escala fue
propuesta por el físico e ingeniero escocés William Rankine en 1859.
La escala Rankine tiene su punto de
cero absoluto a – 459, 67 °F y los intervalos de grado son idénticos al
intervalo de grado Fahrenheit.
Usado comúnmente en Inglaterra y en
EE.UU. como medida de temperatura termodinámica. Aunque en la comunidad
científica las medidas son efectuadas en Sistema Internacional de Unidades, por
tanto la temperatura es medida en kelvins (K). ( colaboradores de Wikipedia, 2018)
Véase también en:
https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Termometr%C3%ADa&oldid=112449613
https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Termometr%C3%ADa&oldid=112449613
No hay comentarios.:
Publicar un comentario